09 septiembre 2013

La Belleza de la Sencillez

Las invitaciones de una boda son la carta de presentación del evento. Con sólo echarles un vistazo, el invitado llega a adivinar las intenciones de los novios en cuanto al tipo de boda que quieren celebrar.
 
Por eso su diseño ha de responder a varios factores como dónde se va a celebrar el rito y posterior celebración, el tipo de decoración elegida o las tonalidades de otros elementos, es decir, el ramo de la novia, los detalles,etc.

Todo esto, se tuvo en cuenta en el momento de diseñar las invitaciones y los misales que nos confiaron Marco y Cristina. La pareja se casó en el Monasterio de Piedra, en Zaragoza, un lugar mágico cargado de romanticismo, rodeado de naturaleza y con grandes tintes medievales.
 
 
 
Tanto las invitaciones como los misales, son una reinterpretación de antiguos documentos medievales. Utilizamos papel de algodón en tono natural para la invitación y teñido en marrón para los sobres y cubiertas. El dorado fue el color elegido para la caligrafía y el lacre de cierre, en el que se fijaron las iniciales de los novios. Convertimos este sello en el logotipo de la boda.

Sencillo, rústico, elegante y con un toque romántico.

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